6 de febrero de 2014

Pedimos un préstamo hipotecario

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Se pueden distinguir dos grandes operaciones de crédito: los préstamos y los créditos.
El concepto crédito podemos verlo con dos acepciones distintas: una más genérica que viene a decirnos que el crédito consiste en la cesión de dinero a una persona.
Y otra, mucho más específica, en la que la palabra crédito se utiliza para designar un contrato (cuenta de crédito) en la que la entidad financiera nos pone un límite de dinero del que podemos ir disponiendo a un tipo de interés y durante un plazo pactado. El funcionamiento de la cuenta de crédito es el siguiente: en ese período acordado, podremos ir haciendo uso del dinero que necesitemos, hasta el límite fijado, si nos "pasamos" de ese límite se nos penaliza con un incremento en el tipo de interés, con una comisión por habernos excedido (comisión por saldo excedido) y con una comisión por reclamaciones. También podremos ir haciendo ingresos de manera que reduzcamos el saldo dispuesto.
En el caso de un préstamo, el importe se obtiene íntegramente al comienzo de la operación. Si pedimos a una entidad financiera un préstamo porque necesitamos financiación para consumir o invertir, nosotros devolveríamos el dinero prestado (capital) más unos intereses en el plazo pactado. Existiendo fundamentalmente dos tipos de préstamos: el personal y el hipotecario.
¿Cuáles son los aspectos básicos previos a la contratación de un préstamo?

Antes de decidirnos a contratar un préstamo. Debemos reflexionar sobre cuál es la necesidad de financiación que tenemos. A continuación deberíamos tener en cuenta el ciclo de vida del préstamo que viene dado por los flujos de dinero que se suceden durante el plazo pactado entre nosotros (prestatarios) y la entidad financiera. Posteriormente debemos pensar en ciertos aspectos básicos antes de contratar un préstamo:
La garantía: puede ser personal (por la que respondemos con nuestro patrimonio presente y futuro) o hipotecaria (un inmueble queda vinculado al pago del préstamo). Este aspecto es importante porque el tipo de garantía condiciona tanto el importe como la duración del préstamo. De manera que si la garantía es hipotecaria (préstamo hipotecario) la cuantía y la duración del préstamo será mayor que en el caso de tener una garantía personal (préstamo al consumo).
El tipo de interés: es fundamental distinguir entre un tipo fijo, que permanece constante a lo largo de toda la vida de la operación, y un tipo variable, que cada cierto tiempo se revisa, normalmente anualmente, conforme a la evolución de un índice que se toma como referencia al que se le suele sumar un diferencial. Es muy habitual que se tome como referencia el euribor que es el tipo de interés que refleja el precio al que se prestan dinero las entidades financieras de la zona euro a un día de plazo. También debemos fijarnos en si existe un techo (interés máximo que nos puede aplicar la entidad financiera) o un suelo (interés mínimo que nos aplicarán en nuestro préstamo).
TAE (Tasa Anual Equivalente): es un indicador que recoge el coste real de la operación de crédito. Pues a la hora de decidirnos, por una u otra opción, deberemos considerar no sólo el tipo de interés sino también las comisiones, el periodo de liquidación de los intereses (mensual, trimestral o anual) y otras obligaciones que nos exija el prestamista. Por eso la TAE es el instrumento que sirve para "homogeneizar" entre tanta oferta de productos y poder compararlos.
El valor de tasación: en el caso de que el préstamo sea hipotecario, el valor de tasación resulta importantísimo. Las entidades financieras sólo pueden conceder como importe del préstamo el 80% del valor de tasación. Obligando de esta manera al comprador a tener que ahorrar, no sólo para ese 20% restante, sino también para los gastos inherentes a la compra de la vivienda (impuestos y gastos de formalización) y para los de la formalización del préstamo hipotecario.
La cuota que vamos a pagar. Tenemos que establecer cuál será la cuota máxima a la que podremos hacer frente, se recomienda que ésta no supere, aproximadamente, el 30 % de nuestros ingresos. La cuota está integrada por dos componentes: la parte correspondiente a la devolución del capital y los intereses. Para calcular las cuotas de los préstamos, las entidades financieras usualmente aplican un método según el cual las cuotas son iguales a lo largo de la vida del préstamo; lo que va variando es la distribución entre intereses y amortización del capital. A este método se le llama método de amortización francés.
A modo de resumen, qué aspectos debemos considerar antes de contratar un préstamo:

TAREA QUE HAY QUE REALIZAR:


Pinche en http://www.edufinet.com/index.php?option=com_wrapper&Itemid=180 y responda a la siguiente cuestión:

Supuesto: Imagínese que usted quiere comprar una vivienda cuyo precio de compra es de 150 000 €. Dispone ahorrado 10.000 €. Los gastos asociados a la operación ascienden al 12 % del valor de compraventa. ¿Cuál es el importe que necesita pedir prestado? 158.000 €. A continuación pide prestado ese importe que necesita para realizar la compra a su entidad financiera que le aplica las siguientes condiciones: tipo de interés del 5 % fijo a 25 años y se le aplica el sistema de cuotas constantes Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cuánto pagará de intereses en la cuota del primer mes?

a) 923,65 €

b) 698,3 €

c) 1021,2 €

d) 989.93 €

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